El mundo actual funciona gracias al «software» (software). El software está en todas partes y forma parte de las nuestra vida cotidiana: Internet, dispositivos móviles, coches, aparatos médicos, gps, etc.
El software es empleado en todas las disciplinas y ámbitos de nuestra vida y esta tendencia aumenta y es cada vez más fuerte.
Así como hoy en día no podemos concebir que nuestros hijos no sepan inglés, es muy importante darnos cuenta de que el pensamiento computacional (o la programación) es una habilidad indispensable que marcará una fuerte diferencia entre los que la poseen y los que no. La diferencia será abismal.
Un ejemplo comprensible en el mundo de la fotografía: Instagram, con sólo 13 empleados, ya es mayor que Kodak, que llegó a 140.000 empleados. Con poca gente que domine el pensamiento computacional es posible construir una gran empresa de la nada.