Aprender a programar es una experiencia fascinante que nos abre un mundo de posibilidades y nos permite convertirnos en creadores. Aprender programación es descubrir cómo funcionan los videojuegos, qué hay detrás de las apps que utilizamos en nuestro móvil y entender qué es lo que permite accionar un robot. Pero como en todo camino de aprendizaje, los primeros pasos suelen estar llenos de tropiezos. Lo curioso es que la mayoría de los alumnos cometen los mismos errores al empezar… y la buena noticia es que todos tienen solución.
En Codelearn lo repetimos a menudo: equivocarse no es malo, al contrario, es la señal de que estás aprendiendo y avanzando. Lo más importante es reconocer esos fallos, entender por qué ocurren y convertirlos así en oportunidades para mejorar. En esta entrada vamos a repasar los errores más habituales que vemos en programadores principiantes y algunos consejos para superarlos.
1. Tener miedo a equivocarse
Muchos alumnos piensan que cuando aparece un error en pantalla han roto el programa para siempre. Esa sensación de “no sirvo para esto” o “es demasiado difícil para mí” es muy común y también muy peligrosa, ya que bloquea el aprendizaje. La realidad es otra: cada error es como una pista que el ordenador te da para mostrarte qué parte de tu razonamiento puedes mejorar.
La clave está en cambiar la mentalidad: en lugar de ver los errores como fracasos, hay que verlos como mensajes útiles que nos señalan el camino correcto. Los mejores programadores del mundo también se equivocan constantemente y no consiguen crear sus programas en su primer intento. La diferencia es que han aprendido a interpretar lo que los fallos les dicen.
2. Querer aprenderlo todo de golpe
La programación es un universo enorme. Lenguajes, librerías, herramientas, proyectos… Es normal que los alumnos principiantes se sientan tentados de intentar abarcarlo todo a la vez para tener la sensación de progresar más rápidamente. Sin embargo, ese exceso de ambición suele acabar en frustración: querer hacer un videojuego completo sin antes dominar la lógica básica es como intentar correr una maratón sin haber entrenado nunca.
La solución es más sencilla de lo que parece: empezar por lo pequeño. Un minijuego en Scratch o un programa de pocas líneas en Python puede parecer modesto, pero es un paso firme que abre camino hacia retos mayores. La programación se construye como un edificio: ladrillo a ladrillo.
3. Copiar código sin entenderlo
Con la gran cantidad de tutoriales y ejemplos que tenemos hoy disponibles en Internet, muchas personas se limitan a copiar y pegar código sin detenerse a pensar qué hace cada línea y por qué la están usando. Y claro, cuando intentan crear algo desde cero, no saben por dónde empezar.
El truco está en experimentar y probar las cosas por uno mismo. Copiar un ejemplo está bien, pero lo realmente valioso es modificarlo y adaptarlo. Cambiar un número, eliminar una instrucción o añadir un condicional diferente ayuda a comprender de verdad cómo funciona el programa. Así, en lugar de repetir una receta de memoria, estarás aprendiendo a cocinar.
4. Olvidar la lógica y obsesionarse con la sintaxis
Es verdad que un paréntesis mal colocado puede arruinar un programa entero, pero la sintaxis no lo es todo. Lo más importante es la lógica que hay detrás del código. Muchos alumnos se intentan concentrar tanto en memorizar dónde van los puntos y comas que olvidan pensar primero en el plan general de lo que quieren construir.
Una técnica muy efectiva es detenerse antes de escribir nada y diseñar un esquema en papel. Un diagrama de flujo o una lista con pasos sencillos puede ahorrarte mucho tiempo. Si la lógica está clara, la sintaxis se convierte en un detalle menor que se puede corregir con práctica.
5. Creer que programar es solo para genios
Pocas ideas hacen tanto daño como esta. Mucha gente piensa que la programación es un territorio reservado a personas con un talento especial para las matemáticas o con un “don natural” para la tecnología. Nada más lejos de la realidad, en Codelearn siempre hemos defendido que cualquier persona puede aprender a programar.
La programación es una habilidad que se entrena, como cualquier otra, del mismo modo que se puede aprender a tocar un instrumento, hablar un idioma extranjero o dominar un deporte. Igual que aprendes a montar en bicicleta o a tocar el piano, también puedes aprender a programar: solo necesitar practicar de manera regular. No se trata de ser un genio, sino de tener constancia, insistir, equivocarse y volver a intentarlo.
6. Rendirse demasiado rápido
Evidentemente, es inevitable quedarse atascado alguna vez: un bug que no entiendes de dónde sale, un programa que no responde, una función que no funciona como esperabas… En ese punto, muchos alumnos tiran la toalla. Y justo ahí es donde se produce el aprendizaje más valioso.
El consejo aquí es muy simple: divide el problema en partes más pequeñas. Intenta resolverlo paso a paso en lugar de luchar con todo a la vez. Y si aun así no encuentras la salida, explícaselo a otra persona, incluso si no sabe programar. Sorprendentemente, muchas veces la solución aparece en el momento de contarlo en voz alta.
7. No practicar lo suficiente
Leer un libro de programación o ver un vídeo en YouTube puede darte ideas, pero no te convierte en programador. La única forma real de aprender es escribiendo código. Igual que no aprendes a tocar el piano leyendo partituras, tampoco aprendes a programar leyendo teoría.
La clave, como hemos dicho antes, es la constancia. No necesitas pasar horas frente al ordenador cada día: con 15 o 20 minutos diarios es suficiente para que tu mente se acostumbre al lenguaje de la programación. Poco a poco, esas pequeñas sesiones se acumulan y el progreso se nota. Por eso siempre recomendamos a los alumnos de Codelearn que se conecten a la plataforma durante unos minutos cada día para hacer ejercicios y seguir practicando lo que aprendieron el día anterior.
La importancia del error
Como conclusión, es imprescindible entender que los errores al aprender a programar no son un obstáculo, sino parte del proceso. De hecho, son la mejor herramienta para avanzar. En Codelearn animamos a nuestros alumnos a ver cada bug como un reto y cada tropiezo como una oportunidad para mejorar. Porque programar no se trata de escribir código perfecto a la primera, sino de aprender a pensar, resolver problemas y crear soluciones.
La próxima vez que algo no funcione, no te desanimes. Significa que estás aprendiendo, y que cada línea de código te acerca un poco más a convertirte en un verdadero programador.