Una Raspberry Pi es un pequeño ordenador que tiene un tamaño similar a una placa de Arduino y que también se utiliza a menudo en el mundo maker para construir proyectos de electrónica. Sin embargo, son dos herramientas que nos pueden parecer similares visualmente pero que no son lo mismo: la Raspberry Pi es una herramienta mucho más potente que Arduino que sirve para hacer proyectos más complejos y de diferentes tipos, ya que es un microordenador y, como todos los ordenadores, requiere de un sistema operativo para funcionar. Y, gracias a este sistema operativo, podemos utilizar la placa como si fuera un ordenador de sobremesa, mientras que en el caso de Arduino la placa solo ejecuta directamente aquello que le hayamos programado dentro antes a través de un ordenador, ya que es una placa programable pero no es un ordenador.
Creada en el año 2012 por la Fundación Raspberry Pi como ordenador low cost con el objetivo de acercar la informática a todo el mundo, la Raspberry Pi cuenta con su propio sistema operativo de código abierto, Raspbian, que está basado en una distribución de GNU/Linux llamada Debian. Aun así, se pueden instalar otros sistemas operativos compatibles en función de los usos que queramos darle, del mismo modo que elegiremos un modelo de placa u otro teniendo en cuenta las limitaciones de cada uno de estos modelos y las necesidades que tengamos como creadores.
En este sentido, una Raspberry Pi se puede utilizar directamente como ordenador doméstico, si elegimos uno de los modelos de 4GB o 8GB de memoria RAM, de manera que podemos estudiar o trabajar con herramientas básicas como lo haríamos con un ordenador de sobremesa; como base para construir proyectos de domótica que nos ayuden a automatizar nuestro hogar, ya sea para controlar la iluminación, la calefacción o las persianas; para crear sistemas de seguridad y video-vigilancia, o para hacer otros proyectos simplemente con el objetivo de entretenernos, como puede ser una videoconsola retro para jugar a algunos clásicos.
Para conseguir que este ordenador sea lo más económico posible y al mismo tiempo tenga cierta flexibilidad para poder ser modificado, la placa no incluye ni carcasa, facilitando su integración en cualquier proyecto, ni disco duro (ofrece la posibilidad de incluir una tarjeta microSD para que pueda actuar como tal y se pueda instalar el SO), ni ningún tipo de periférico, de manera que tendremos que comprar a parte la fuente de alimentación para poder cargarlo y, si es necesario, las pantallas, los ratones y los teclados que queramos utilizar, entre otros accesorios compatibles.
A pesar de que hemos dicho que se puede utilizar como ordenador de sobremesa, no es un ordenador demasiado rápido, de manera que tiene algunas limitaciones y no nos permitiría, por ejemplo, trabajar con programas de edición de vídeo o ejecutar videojuegos actuales, pero tiene muchas ventajas como modelo educativo. De hecho, inicialmente la Raspberry Pi fue creada como herramienta para facilitar el aprendizaje de la programación, la robótica y la electrónica en las aulas. Con ganas de experimentar y con un poco de creatividad, nos permite construir proyectos muy diferentes y aprender estas disciplinas durante el proceso.
En Codelearn, por ejemplo, además de usarla en las academias donde hacemos la extraescolar, aprovechamos esta herramienta de hardware en los Campus Tecnológicos para aprender dos cosas diferentes: cómo crear música a través de la programación, gracias al curso de Introducción a Raspberry Pi y Sonic Pi, o qué es el Internet de las cosas, que podéis descubrir en el curso de Introducción a Internet of Things con Raspberry Pi.