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Las pantallas se han convertido en parte del paisaje cotidiano de cualquier familia. TikTok, Roblox, o YouTube son nombres familiares incluso para los más pequeños del hogar, que los utilizan para jugar, aprender o comunicarse. Pero mientras la tecnología les ofrece un sinfín de oportunidades, también abre la puerta a riesgos que hace apenas unos años eran impensables. La ciberseguridad en la infancia y la adolescencia es, hoy más que nunca, un tema que necesita atención, diálogo y educación.

Por qué la ciberseguridad también se aprende

Cada vez son más las familias y los docentes que se sienten desbordados ante la velocidad a la que cambian las plataformas digitales y lo que eso implica para sus hijos y sus alumnos. Lo que ayer era un juego inocente, hoy puede incluir funciones sociales, compras integradas o mensajería con desconocidos. TikTok o Roblox no son “malos” en sí mismos, pero sí requieren acompañamiento. Los niños y los adolescentes todavía están aprendiendo a distinguir entre lo público y lo privado, entre una amistad real y un contacto sospechoso, entre rostros humanos y rostros con filtros, entre imágenes reales e imágenes generadas por inteligencia artificial… y entre la diversión y el riesgo.

Enseñarles ciberseguridad no significa infundir miedo, sino darles las herramientas para navegar con criterio. Se trata de que comprendan, poco a poco, qué información no deben compartir, qué es real y qué forma parte de la “ficción” que se esconde en estas plataformas, cómo identificar interacciones y comportamientos inadecuados o por qué conviene desconfiar de ciertos enlaces o mensajes. Hablar abiertamente de estos temas en casa o en el aula es la mejor forma de prevenir.

Educar no es prohibir, es acompañar

La tentación de prohibir el uso de redes sociales o videojuegos es comprensible, pero rara vez funciona. Los niños y adolescentes acabarán encontrando la manera de conectarse a Internet y acceder a estas plataformas, y lo harán sin la guía necesaria. Por eso, generalmente, es mucho más efectivo acompañar, mostrar interés por lo que hacen online, sentarse a su lado y compartir el descubrimiento del entorno digital.

Cuando padres e hijos configuran juntos la privacidad de una cuenta, revisan los comentarios de un vídeo o hablan sobre lo que ven en la pantalla, se genera confianza. Esa confianza es la base sobre la que se construye la seguridad real. La educación digital no se impone de un día para otro: se cultiva, igual que cualquier otro aprendizaje.

Pensamiento computacional y conciencia digital

En Codelearn trabajamos desde la convicción de que entender cómo funciona la tecnología que nos rodea ayuda a usarla mejor, y eso incluye tener criterio en estas plataformas. El pensamiento computacional, que es la capacidad de descomponer problemas, analizar patrones y anticipar consecuencias, permite a los niños mirar el mundo digital con una perspectiva más crítica.

Aprender a programar no es solo escribir código: es aprender a pensar. Quien comprende cómo se procesan los datos, qué hay detrás de un algoritmo o cómo circula la información en internet, está más preparado para protegerse cuando se adentra como usuario en ese entorno. La educación en ciberseguridad y la enseñanza de la programación van de la mano: ambas forman parte de una misma competencia esencial para el siglo XXI.

Preparar a los niños para un futuro digital seguro

La ciberseguridad infantil no consiste solo en instalar controles parentales o limitar el tiempo de pantalla. Se trata de enseñar responsabilidad, empatía y pensamiento crítico. De ayudarles a entender que la tecnología no es buena ni mala, sino que aquello que determina lo que está bien y lo que está mal es lo que hacemos con ella.

En Codelearn queremos que los más jóvenes no solo sepan usar la tecnología, sino entenderla y controlarla. Porque educar en la era digital no es evitar los riesgos, sino preparar a las nuevas generaciones para enfrentarlos con conocimiento, criterio y confianza. La mejor protección que podemos ofrecerles no es una simple contraseña, sino una educación sólida en valores digitales y pensamiento computacional.